"La buena comida se anuncia a la nariz desde la cocina"

lunes, 6 de junio de 2011

Fideuá

Si bien la fideuá, ni es un plato de esos de mi tierra ni en mi casa la han cocinado mucho (por no decir que sólo recuerdo una vez en la que hayamos tenido el placer de comerla) a mi me gusta. Un plato bien sencillo con el que nunca me había atrevido, pero que después de haber comprado una paellera en un supermercado con nombre francés (empieza por F, para quien no lo sepa) merecía entrar en mi recetario. Ah, y un descubrimiento: que ya sólo por hacerlo en la paellera le da al asunto un toque diferente... Ojo, que seguro que en una sartén normal también queda rico, pero creo que esta paellera ha marcado un antes y un después en mi "modus operandi" culinario...
Esta es mi receta (más que mía mía, es de una amiga de mi señor novio, pero vaya, que puedo decir que ya la he hecho mía) aunque estoy segura de que hay muchísimas más...

Se necesita:
- Fideos (de los finitos de sopa, que están más ricos)
- Calamares (yo uso pota argentina, que es más barata y a pesar de su nombre, está buena)
- Gambas (las congeladas están bien, pero seguro que unas gambitas frescas...)
- Caldo de pescado (del líquido, y si está hecho en casa mejor, nada de cubitos de caldo concentrados)
- 2 dientes de ajo
- Unas hebras de azafrán
- Un poco de colorante
- Aceite y sal

La cosa es: poner un buen chorro de aceite en la paellera y los ajos a dorar. Cuando estén dorados, añadimos las gambas y los calamares (o bien su sustituto barato) y dejamos que se doren un poco. Después, echamos los fideos (yo estas cosas las hago a "ojímetro" como se suele decir, pero para dos personas un par de puñados "majos" yo creo que es suficiente) y lo rehogamos todo bien. Una vez los fideos se nos han tostado un poquito, agregamos el caldo de pescado, que más o menos lo cubra, la sal, el azafrán y el colorante. Dejamos que se haga unos 10 minutos y cuando aún quedé un poco caldoso viene el truco del almendruco que decía mi hermano: lo metemos al horno para acabar de evaporar el caldo sobrante, y además los fideos de arriba se quedan tostaditos.

El mejor acompañamiento para la fideuá es el ali oli (o como quiera que se escriba). A mi no me gusta nada, y la verdad es que sufrir el aliento de otro que ha comido más ali oli que fideuá no es una sensación que recomiende a nadie, pero para gustos...