"La buena comida se anuncia a la nariz desde la cocina"

lunes, 23 de mayo de 2011

Albóndigas de "la amatxu"

Si hay una comida que me gusta especialmente, ese plato es las albóndigas. Pero no cualquiera (porque he visto por ahí gente que hace las albóndigas de carne y luego les echa salsa de tomate, y así no tienen mucha gracia). A mi me gusta la receta de mi madre, heredada de mi abuela. ¡Tomad nota!

Para las albóndigas:
- 400 gr de carne picada (yo suelo comprarla mixta, de cerdo y ternera)
- Un huevo
- Miga de pan (o un poco de la miga del pan de molde)
- Perejil
- Harina
- Sal y pimienta
Para la salsa:
- Un vasito de vino blanco
- Agua
- Una cucharada de harina
- Una pastilla de caldo de pollo/carne concentrado
- Un trocito de cebolla muy picada
- Aceite
- Una cucharadita de tomate frito

Lo primero: hacer las albóndigas. Es muy sencillo: mezclamos la carne picada con la miga de pan. Añadimos la sal, la pimienta y el perejil. Por último, le agregamos el huevo batido. Con esa "masa", haremos "pelotitas" que serán las albóndigas que después freiremos, pasándolas previamente por harina.

Una vez hayamos cocinado la carne (no hace falta que estén del todo hechas ya que luego acabarán de hacerse con la salsa) la retiramos y en una cazuela ponemos un buen chorro de aceite. Cuando éste se haya calentado, le añadimos la cebolla muy muy bien picada (cuanto más picada mejor, así no se notará en la salsa). Cuando empiece a pocharse la cebolla, añadimos el cubito de caldo concentrado espolvoreado y después la harina y la cucharadita de tomate (ojo con echar mucho, ¡es sólo para dar color, no sabor!).

Removemos todo hasta conseguir una "pasta" y comenzamos a echar poco a poco el vino y el agua. Hay que hacerlo despacio para que la salsa vaya ligando. ¡No olvidemos echarle un poco de sal a la salsa! Si vemos que se nos ha quedado muy líquida, no hay porqué preocuparse: cuando finalmente echemos las albóndigas ya cocinadas la salsa engordará. Igualmente, si vemos que nos ha quedado demasiado espesa, podemos añadirle más agua.

PD: A mi madre ahora le ha dado por incorporar unas gotas de salsa de soja a la salsa. Si os gusta, adelante, ¡le da un toque curioso!

miércoles, 11 de mayo de 2011

Robin Food y sus "guarrindongadas"

Hoy quiero dedicar un espacio al cocinero gipuzkoano David de Jorge, conocido sobre todo por los euskaldunes gracias a su programa "Robin Food, atracón a mano armada" de la Euskal Telebista (tv autonómica vasca).
Si Arguiñano es conocido por sus chistes malos, David de jorge es conocido por decir tacos mientras cocina en la tv y por meter el dedo en la cazuela "para probar". Vaya, lo que todos hacemos en nuestras casas cuando cocinamos pero a ninguno se nos ocurriría hacer con una cámara delante. Tengo un colega que trabaja  en su programa, y dice que este hombre es detrás de las cámaras exactamente igual que delante de ellas: es simplemente, él mismo.
Lo que yo venía a contar es que ayer consiguió que le conocieran un poco más allá de las fronteras euskaldunes al aparecer en el programa de Buenafuente. ¿Y de qué hablaron? Pues entre otras muchas cosas, hablaron de las "guarrindongadas", sección estrella del programa de Robin Food.
Que qué son las "guarrindongadas", pensaréis. Se trata, en palabras del propio David, de las perversiones culinarias más oscuras que cada uno tenemos, de esas cosas que sólo nos atrevemos a comer frente a la nevera cuando sabemos que nadie nos ve...

La mayor "guarrindongada" que he visto yo (por supuesto, no fui yo ni la creadora ni la que se comió aquello...) fue en un viaje con mis amigas. Volvimos de farra y en un momento de lucidez nos pusimos a hacer una tortilla de patatas (o algo así). Una de mis amigas, ansiosa y hambrienta, decidió que en lugar de esperar a acabar de hacer la tortilla, era mejor meter el tenedor en el bol donde habíamos puesto las patatas (ya fritas, menos mal) y el huevo batido y crudo... En fin, no cogió salmonela y aquello le debió saber a gloria, pero nunca olvidaré la mala pinta que tenía eso...

martes, 10 de mayo de 2011

Bizcocho de limón

En mi casa nunca hemos sido muy de hacer cosas dulces. Ojo, ¡que no quiero decir que no nos gustara el azúcar! Simplemente, éramos más de bajar a la pastelería y comprar pastelitos: carolinas, pastelitos de arroz (sí, de esos que no llevan arroz dentro), relámpagos, borrachitos...
En cualquier caso, la semana pasada mi abuela (amami, como le gusta la llamen) me dijo que en la peluquería (ese lugar donde se concentran las mujeres a hablar de lo que pasa en Sálvame Deluxe y compartir historietas varias) no sé quien le había comentado cómo es la receta del bizcocho.
Recuerdo que yo de pequeña, en casa de mi tía, hice un par de bizcochos, y fue todo un engorro: que si poner las claras a punto de nieve, que si en un bol a parte mezclar el yogur con la harina... La amami me dijo que su nueva receta era fácil y limpia.


Para medir la cantidad se utiliza un envase de yogur. Estos son los ingredientes:
- 1 yogur de limón (aunque un yogur natural también sirve)
- 1 medida de azúcar
- 3 medidas de harina
- 1 medida de aceite de oliva o girasol
- 1 sobre de levadura
- Una cucharada de mantequilla o margarina
- 3 huevos
- La rayadura de un limón
- 1 molde para el horno

La cosa es mezclaro todo (sí, así, "a lo loco" como se suele decir) en un recipiente bastante grande (el de la batidora no sirve, que es muy pequeño) y mezclarlo todo bien con la batidora. Una vez lo tengamos todo bien mezclado, bastará con ponerlo todo en el recipiente y meterlo al horno durante una hora a 180 grados. Cuidado con abrir el horno cuando esté a medio hacerse porque la fuerza de la gravedad puede hacer efecto y el pastel puede "bajar". Si vemos que está ya bastante hecho siempre podemos hacer la prueba del cuchillo: meterlo en el bizcocho, y si la hoja de éste sale limpia, es que ya lo tenemos a punto.
Si queremos podemos añadir a la mezcla trocitos de chocolate o nueces, que le da un toque "curioso". También podemos ponerle chocolate, mermelada o dulce de leche por encima, eso ya depende de nuestros gustos.

PD: El mío salió un poco quemado debido a que mi horno es más propio de la prehistoria que del siglo XX!. Funciona a gas y sólo tiene dos posibilidades: o calentar por abajo o poner el grill. De todas maneras, ¡estaba bastante bueno!